Historias de Horror

Cuentos de terror del escritor panameño Enrique Ceballos

La propietaria del salón de belleza estaba realmente emocionada, contándole a su clientela, la mayoría mujeres que pasaban de los 40, que tenía un …continue reading Cuento de terror: Visita al salón de belleza

eye-465438_960_720

La propietaria del salón de belleza estaba realmente emocionada, contándole a su clientela, la mayoría mujeres que pasaban de los 40, que tenía un nuevo producto exclusivo el cual las haría ver más jóvenes y ya no tendrían que usar tanto maquillaje para tener una piel más suave, ni ocultar las arrugas.

Al parecer, el producto era todo un éxito en la ciudad, se corrió la voz de que daba resultado, el método era simple, primero Carmen, (la propietaria) lavaba la cara del cliente para limpiar y remover cualquier maquillaje y luego colocaba una especie de mascarilla hecha a base de hierbas naturales.

Una tarde que el salón estaba lleno de clientes, lleno de mujeres mayores colocándose la mascarilla, conversando sobre sus maridos y porque no, haciéndose las uñas, llegó al lugar una joven de tal vez unos 17 años de edad, muy linda y de cabellos rubios, la piel de su rostro, por su edad, era muy tersa, así que no vendría por el tratamiento.

La chica entró mostrando muy buenos modales, dando las buenas a tardes a todos y sentándose en el único lugar vacío que encontró. Carmen, sus ayudantes y las demás personas respondieron de igual manera, aunque Carmen sintió curiosidad por saber que traía a la chica a su salón, porque si lo que quería era hacerse tal vez un tinte, alguna de sus ayudantes se lo podía hacer, ya que ella se dedicaba exclusivamente a su nuevo producto.

-Buenas tardes jovencita, vienes a pintarte el cabello?

-Buenas tardes, no…no vengo a eso, vengo por su nuevo producto, me enteré de sus buenos resultados y me gustaría probarlo.

Carmen y al menos dos personas más que escucharon a la chica se miraron con ojos de incredulidad y hasta sonrieron un poco.

-Oh joven, este producto es para las arrugas y la piel reseca y áspera y dudo mucho que ese sea tu caso.

-No se preocupe, de igual forma tengo que esperar a mi madre, ella está en camino, yo esperaré a que me atienda.

Carmen pensó que la chica no le había entendido y ella tampoco tenía más tiempo que perder, así que continuó con su trabajo y se olvidó de la chica por un tiempo.  Pasaron las horas y ya solo quedaban Carmen, una mujer que terminaba el tratamiento y la chica.

Al final la mujer se fue y Carmen envió a sus ayudantes a casa, ya era hora de cerrar el salón de belleza, pero la chica que no había vuelto a decir una palabra y había estado callada por horas sentada y sin moverse para nada, ahora miraba fijamente a Carmen directamente a los ojos, su rostro mostraba una leve sonrisa amigable, pero su mirada era penetrante.

-Casi me olvido de ti, ya es hora de cerrar, donde está tu madre?

-Oh disculpe, ya está por llegar, por favor atiéndame, vine de muy lejos para probar su producto, usted es mi última salvación.

-Pero que dices niña, te dije que esto no es para ti!

Carmen se dio cuenta de la determinación de la chica, entonces pensó que sería un dinero fácil, total si la chica quería el tratamiento sin necesitarlo, era libre de gastar su dinero como quisiera.

-Esta bien, esta bien, vamos adelantando, ven conmigo al cuarto de atrás a limpiarte el maquillaje que tienes y procedemos a colocarte la mascarilla.

La chica expresaba felicidad en su cara, era como si fuera el mejor día de su vida, así que sin dudarlo se acostó en una especie de camilla que utilizaba Carmen para atender a las personas en donde su cabello quedaba colgando dentro de una tina listo para ser lavado, como parte adicional de la promoción del día.

-Voy a lavar tu cabello, así que relájate un poco.

-Bueno…espere, me quitaré los lentes de contacto

La chica se sentó en la camilla, removió sus lentes de contacto y se acostó nuevamente con los ojos cerrados para disfrutar del lavado de cabello.

A medida que Carmen comenzaba a mojarle el cabello aplicando además el shampoo, el color cambiaba poco a poco de rubio a marrón y luego a negro, incluso su textura era diferente, ya no se sentía tan suave, si no como una especie de hierba seca llamando la atención de Carmen que conocía mucho sobre el cuidado del cabello.

-Vaya!- pero en donde vas para cuidarte el cabello?-yo pensé que el color era natural, pero todo el tinte se te está cayendo y está muy maltratado, luego te recomendaré que hacer.

La adolescente no respondió nada, pero hizo un gesto de desaprobación con la boca.

-Bueno listo, ahora te limpiaré el maquillaje, necesito que tu cara esté al natural, lo haré con estos algodones. Carmen comenzó a limpiar suavemente el rostro de la chica, levantando capas y capas de maquillaje, algo muy raro para una chica tan joven y más raro aún era el color rojizo del mismo, ya le había tomado más tiempo de lo normal pero parece que por fin empezaba a salir.

-Creo que te maquillas demasiado jovencita.

-Tengo mis motivos, por eso quiero su producto.

Carmen no le prestó mucha atención a lo que la chica dijo, pero algo estaba cambiando, se podía ver una capa de piel debajo de todo ese maquillaje, algo con un color verdusco oscuro, no era un caso normal para Carmen, pero lo que activó sus nervios, fue que la piel debajo no era solo verdusca, sino también rugosa y entre más limpiaba, más verrugas descubría.

-Pero que es esto …que…

La chica al ver que Carmen comenzaba a perturbarse, abrió los ojos que ya no eran humanos, eran como los de un reptil ocultos bajo aquellos lentes de contacto, Carmen entró en pánico derribando todo a su alrededor tratando de escapar al ver la verdadera apariencia de la chica, que no era más que un tipo de monstruo con aspecto de reptil.

-No…espere, debe ayudarme…no se vaya!

Le gritaba la joven, pero Carmen no escuchaba nada, en su mente solo estaba el sentido de la supervivencia activado, su única idea era salir de allí lo antes posible, la chica intentó sujetarla con unas largas y horribles manos con dedos largos, pero Carmen logró escaparse y salir de ese cuarto.

Cuando finalmente pudo llegar hasta la puerta de salida del salón, una lengua larga y bífida la sostuvo por una pierna haciéndola caer al suelo golpeándose la cabeza y perdiendo el conocimiento.

La chica, cuyo nombre era Martha, salió del cuarto caminando en cuatro patas, ya sin ningún maquillaje en ninguna parte de su cuerpo y su madre que acababa de llegar justo cuando Carmen lograba escapar, se sentía algo desilusionada.

-Madre por fin llegas! -pero que hiciste? -porqué le clavas tus uñas en el cuello?-sólo tenías que sujetarla, ahora no podré probar el producto y ya estoy cansada de matar para bañarme en sangre y parecer normal.

La madre que era tan horrible como la hija, pero siendo una criatura más temible, simplemente estaba recolectando la sangre que salía del cuello de la fallecida Carmen.

-Te dije que estas cosas no funcionan, que no vinieras y me desobedeciste,  yo también estoy cansada de tener que resolver el problema cada vez que te dejas ver, así que deja de quejarte, toma la sangre y maquíllate. Nos vamos!

-Tu núnca me entiendes mamá!

4 Comenarios

4 Records

  1. on 12 noviembre, 2016 at 12:53 pm
    karla escribió:

    wooow

    Responder
    • on 14 noviembre, 2016 at 4:28 pm
      Enrique Ceballos escribió:

      Hola Karla, me alegro que te haya gustado el cuento de terror, puedes leer mas dándole click donde dice «mis cuentos», tu opinión es muy importante para mi.
      Saludos!

      Responder
  2. on 9 abril, 2017 at 5:51 pm
    andrea escribió:

    Increible

    Responder
    • on 10 abril, 2017 at 6:51 pm
      Enrique Ceballos escribió:

      Muchas gracias Andrea, te agradeco tus comentarios! 😉

      Responder

Deja una respuesta

Allowed tags:  you may use these HTML tags and attributes: <a href="">, <strong>, <em>, <h1>, <h2>, <h3>
Please note:  all comments go through moderation.