Historias de Horror

Cuentos de terror del escritor panameño Enrique Ceballos

Adrian, un joven de 14 años que vivía en una granja junto a sus padres, se había quedado solo por todo un día, ya …continue reading Cuento de terror: El muñeco

doll-87407_960_720

Adrian, un joven de 14 años que vivía en una granja junto a sus padres, se había quedado solo por todo un día, ya que para poder comprar las cosas que se necesitan para sostener una granja, tales como la comida de las vacas y gallinas y demás animales, sus padres debían conducir muy lejos, hasta llegar al pueblo, y ese viaje era algo largo para ir y venir.
Le dejaron todo encargado a su hijo, tenia que salir a revisar las cosechas de maíz, alimentar a los animales, y cuidar el lugar, asi que Adrian muy temprano, apenas sus padres se fueron, se dedico a hacer todo lo indicado, luego como al mediodía, mientras caminaba entre los maizales, se encontró con algo muy extraño, era una especie de muñeco, el cual se veía muy viejo, como si tal vez en algún momento hubiera sido desenterrado, ya que parte de su cuerpo aparentemente seguía bajo tierra.

A Adrian le pareció muy curioso, y procedió a levantarlo del suelo, solo para darse cuenta que este muñeco era algo tétrico, no tenia ni brazos, ni piernas, era solo el torso, lo demás simplemente no estaba, el muñeco era casi de su tamaño, al menos asi parecía serlo, si tuviera las otras partes que le faltaban, tenia los ojos cerrados, ya que tenia parpados, quizás pertenecía a algún ventrílocuo. Adrian se lo llevo a casa para limpiarlo, luego lo subió a su habitación, y lo puso en una silla, mientras el veía la televisión y esperaba a sus padres.

Adrian miraba la tv sentado en su cama, mientras el muñeco, estaba en una silla justo detrás de el, al llegar la noche, una atmósfera extraña comenzó a poner algo nervioso a Adrian, el sentía una presencia, como si no estuviera solo en la habitación, alguien estaba detrás de el, o eso sentía, giro lentamente la mirada hacia el muñeco, y para su sorpresa, esta vez tenía los ojos abiertos, y lo miraba fijamente, sus ojos eran muy extraños, daban la sensación de maldad, de desesperación.

Adrian se levanto rápidamente, tomo el muñeco y lo puso de espaldas, con la cara pegada al respaldar de la silla, asi no lo vería el resto de la noche, el ya pensaba solo en el regreso de sus padres, asi que estando algo asustado se acostó y se quedo dormido, con el muñeco aún en la habitación.

Esa noche un ruido lo despertó, parecía venir de afuera de la habitación, parecía que alguien corría por el pasillo, estaba lloviendo mucho, había una tormenta, Adrian pensó que podría ser el ruido de la lluvia y el viento que le jugaban un truco a sus oídos, pero algo no estaba como cuando se durmió, el muñeco, no estaba en la silla, sintió un escalofrío por el cuerpo, pero tomo valor, y salio de la habitación.

«No era posible que ese muñeco, sin brazos ni piernas, estuviera caminando por la casa, ademas, tampoco tenia vida»

Estas palabras pasaban por su cabeza, se asomo al pasillo, y al cabo de unos segundos, vio la silueta que paso rápidamente ocultándose en la oscuridad, era una sombra como de su estatura, parecía ser otro joven en casa, Adrian se asusto tanto que regreso a su habitación y se encerró en ella, cerro sus ojos con fuerza y espero el amanecer.

Al día siguiente, sus padres aun no llegaban, lo cual era muy raro, Adrian salio de la casa, ya que no veía al muñeco por ningún lado, lo cual lo tenia nervioso, trató de no pensar en aquella situación de la noche anterior, y se fue a alimentar las vacas, al llegar, Adrian cayo al suelo del impacto, de la impresión que sufrió, al ver que a todos los animales de la granja, vacas, pollos, caballos, a todos sin excepción les habían mutilado las extremidades, ninguno tenia patas, todos estaban muerto o morían desangrándose, Adrian regreso a la casa, corrió del espanto, y al subir a su habitación, allí estaba el muñeco de vuelta, sentado, sin brazos ni piernas, mirándolo fijamente, como si quisiera atacarlo, Adrian se avalanzó a tomar al muñeco para sacarlo de la casa, pero resbalo y cayo, al ver su mano, estaba toda llena de sangre, sangre que salia de debajo de su cama y de debajo de la puerta de su armario, estando en el suelo pudo mirar debajo de la cama, y lo que allí había, lo hizo entrar en pánico y gritar del miedo, todas las patas de sus animales mutilados, estaban allí debajo, lo mismo dentro del armario, la cantidad de sangre que corría por el piso era enorme.

Adrian arrojo al muñeco por la ventana, volvió a cerrar la puerta y se quedo allí, temblando de miedo, y llorando, pero prefería estar allí con todas esas patas mutiladas que volver a salir y tener que encontrarse con ese muñeco infernal.

Esa noche, sus padres aun no llegaban, y Adrian ya estaba muy asustado, unos pasos parecían escucharse entrar a la casa y dirigirse a la habitación, los pasos lentamente llegaron hasta su puerta, y empezaron a golpear, como pidiéndole que abriera.

-Déjame en paz….que eres?…aléjate de mi……aléjate-

-Adrian?……Adrian….somos nosotros, tus padres, que te pasa ábrenos la puerta…

Adrian salto de la cama asustado, pero a la vez feliz de que por fin sus padres habían regresado, abrió la puerta de la habitación, pero no había nadie allí, el no comprendía que sucedía, en ese mismo instante, alguien llamaba al teléfono, rápidamente fue a contestarlo.

-Hola?…..hola?…quien es..

-Adrian?…hijo soy tu madre, como estas?…perdónanos hijo, con la enrome tormenta que hubo ayer tuvimos una avería en el auto, y no hemos podido regresar, mañana estaremos allí, te queremos mucho.

-Mama?…no espera, deben volver ahora mama…hay alguien aquí en la casa….algo….asesino a todos los animales, y creo que me asesinara a mi…

-Que?…que dices?

La llamada fue cortada, Adrian soltó el teléfeno, y regreso llorando del miedo a su habitación, cerro la puerta, estaba decidido a no salir hasta que sus padres regresaran al día siguiente…pero….era muy tarde, el no estaba solo en la habitación, el muñeco estaba allí, en su cama, solo el torso, pero con ese rostro diabólico, y esa mirada de maldad puesta sobre Adrian, que solo pudo dejarse caer, paralizado del miedo.

A la mañana siguiente sus padres llegaron, muy alterados por las ultimas palabras que escucharon de su hijo, vieron los animales muertos, y se apresuraron a llegar hasta habitación de Adrian, la madre entro primero mientras el padre estaba buscándolo abajo, ella vio la enorme macha de sangre, pero de alguna forma se tranquilizo, al ver que su hijo dormía, con la sabana que le cubría hasta la cabeza.

-Hijo…hijo despierta, ya estamos aquí…..Adrian?

Pero al quitar la sabana que le cubría el rostro, la madre entro en shock, y empezó a gritar y llorar sin consuelo, el padre entro a la habitación, y quedo congelado, al ver a su hijo, con su cabello blanco, como si fuera un anciano, su rostro demacrado como si le hubieran extraído la vida, y lo mas aterrador, no tenia ni brazos ni piernas, solo era un torso, y había muerto desangrado, el sufrir de sus padres no tenia consuelo, y sus gritos de dolor se escuchaban a lo lejos, el padre tuvo un momento para girar su rostro hacia la silla en la habitación, y ver a un muñeco, con rostro infernal que los miraba fijamente, aquel muñeco estaba todo manchado de la sangre de Adrian, pero no solo eso, los brazos y piernas mutilados de su hijo estaban en la silla junto con él.

2 Comenarios

2 Records

  1. on 24 noviembre, 2016 at 6:33 pm
    Alma escribió:

    Wow me gusto, apenas empeze a leer tus relatos, es dificil encontrar buenas historias, y creo me he embobado con las tuyas. Muy buenas en serio, mis felicitaciones!!

    Responder
    • on 25 noviembre, 2016 at 5:17 pm
      Enrique Ceballos escribió:

      Garcias Alma, por tomarte el tiempo de leerlas 😉

      Responder

Deja una respuesta

Allowed tags:  you may use these HTML tags and attributes: <a href="">, <strong>, <em>, <h1>, <h2>, <h3>
Please note:  all comments go through moderation.