Historias de Horror

Cuentos de terror del escritor panameño Enrique Ceballos

En este cuento de terror, Germán va a visitar a su novia como todos los fines de semana, esta vez se topará con algo en el camino.

friends-1390679_960_720

Germán había planeado visitar a su novia como todos los sábados en la noche, con la cual ya tenía una relación de más de 10 meses, ella vivía en otra área de la ciudad algo distante, por tal motivo Germán debía conducir al menos unas dos horas antes de poder llegar.

Como el viaje era un poco largo, siempre se quedaba a dormir en casa de ella para luego retornar los domingos en la tarde, esa noche había llovido mucho lo que hacía el viaje un poco más demorado dao que la carretera era de tierra y todo estaba lleno de lodo.

Sin embargo el trayecto ya era bien conocido por Germán, luego de pasar unos 20 minutos rodeado de matorrales y bosques llegaría a  barrio de Carmen. Pero esta vez algo lo aterrorizó, porque mientras conducía escuchando la radio por aquel oscuro camino, la silueta o sombra de al menos 3 mujeres aparecieron misteriosamente sentadas en el asiento trasero de su auto, logrando verlas por el espejo retrovisor, la impresión que se llevó Germán fue tan grande que lo hizo perder el control del vehículo, aunque finalmente no se accidentó y aquellas figuras desaparecieron antes de que siquiera pudiera entender que había pasado.

Esto no evitó que bajara de su auto para retomar el aliento y recuperarse del susto, el era consciente de que decían historias acerca de apariciones en el área, pero no era algo Germán creyera. Cuando por fin se sintió un poco mejor y atribuyó la visión a simplemente su imaginación, una luz que brillaba en la oscuridad llamó su atención y decidió acercarse dando pasos sobre el lodo que inundaba el lugar, por momentos su instinto le decía que se alejara y regresara a su auto, pero algo como una fuerza superior lo obligaba a seguir.

Cuando estaba ya a poca distancia, vio que aquella luz era fuego y que alrededor de el mismo, tres hermosas jóvenes danzaban desnudas en una especie de adoración, justo como las antiguas brujas que siglos anteriores eran quemadas por los pueblos. Germán estaba como hipnotizado por la belleza de las chicas que aunque no podía verlas perfectamente por todo el lodo que cubría sus cuerpos, se podía percibir que eran hermosas.

Las mujeres bailaban y susurraban frases que no se entendían y Germán en su afán por verlas mas de cerca, torpemente hizo ruido con sus pisadas alertándolas de su presencia, enseguida se detuvieron, dejaron de bailar y las miraron en dirección donde se encontraba el.

Germán solo pudo volver de su hipnosis cuando las mujeres al unísono emitieron un grito tan fuerte y terrorífico que parecía que todos los árboles retumbaban, luego los brazos y piernas de cada una de ellas se alargaron junto con sus cuellos, volviéndose una visión infernal.

Germán atinó a salir corriendo con todas sus fuerzas hacia donde estaba su auto, mientras detrás de el se escuchaban las galopadas que daban las mujeres para poder capturarlo y tal vez castigarlo por haberlas descubierto, el corría sin detenerse y su pobre corazón era como una bomba a punto de estallar del miedo que sentía.

Por suerte llegó a su auto antes de ser atrapado, lo encendió y aceleró como nunca lo había hecho sin importar las condiciones del camino, no sin antes escuchar al menos dos golpes con una fuerza descomunal sobre el techo hundiéndolo.

Luego de conducir al menos una media hora más con un terror que calaba hasta lo más profundo de sus huesos, llegó a la casa de su novia que en ese momento se encontraba sola, Germán entró casi derrumbando la puerta gritando el nombre de su novia en desesperación de contarle lo que le había pasado, sin embargo Carmen se encontraba en el baño y salió rápidamente a ver porque Germán estaba tan asustado.
Germán le contó todo lo que le sucedió sin dejar de temblar mientras le decía, Carmen lo consoló y le dijo que tal vez lo imaginó que descansara un poco para luego seguir charlando.

-Calma Germán, ya estás a salvo, se dicen muchas cosas de estos lugares, pero yo la verdad nunca he visto nada, porque mejor no te das una ducha para que te limpies un poco.

-Tienes razón Carmen, pero es que fue tan real…no se que pensar…esta bien voy a ducharme., me pasas una toalla por favor?

Germán aún muy nervioso se miraba el rostro en el espejo del baño, para luego proceder a quitarse la ropa y entrar a la ducha, fue entonces cuando un escalofrío recorrió su cuerpo dejándolo sin palabras, al correr la cortina se encontró con una gran cantidad de lodo recién lavado, sus ojos querían salirse de sus órbitas y estando el encerrado en el baño analizando porque tanto lodo, escuchó como tocaban la puerta de la casa de Carmen haciéndolo preguntar quien llegaba a su novia.
-Carmen…porque hay tanto lodo aquí…y…quien llegó? -preguntó con voz desquebrajada y notablemente asustado.

-Oh…eso…lo siento…salí un momento afuera y me ensucié, ya sabes como esta todo lleno de lodo…y apresúrate, dos amigas mías acaban de llegar, te las presentaré.
Cada coincidencia estrujaba más y más su corazón y dejaba en blanco su mente, quienes acababan de llegar?

Realmente eso ya no importaba, porque Carmen con unos golpecitos a la puerta del baño le pidió abrir para pasarle la toalla.
-Aquí tienes la toalla mi amor!

Germán confirmó que algo estaba mal, muy mal cuando un brazo largo y no humano era el que sostenía la toalla, dejándolo a el paralizado de terror.

Deja una respuesta

Allowed tags:  you may use these HTML tags and attributes: <a href="">, <strong>, <em>, <h1>, <h2>, <h3>
Please note:  all comments go through moderation.