Historias de Horror

Cuentos de terror del escritor panameño Enrique Ceballos

En esta historia de horror, Kevin, logró escapar de la muerte…. o casi.

Se dice que muy pocas personas logran escapar realmente de la muerte, que cuando tienes un accidente, o una enfermedad terminal de la cual se supone no deberías sobrevivir y lo haces, la muerte nunca se aleja de ti, simplemente has retrasado su trabajo, se han hecho historias y películas acerca de como por medio de alguna otra situación fatal, la muerte intenta que mueras y así cumplir el ciclo, sin embargo, la realidad es que una vez que escapas de la muerte, no vuelves a morir de forma accidental, o por enfermedad, sino que esta vez, la muerte misma, se encarga de buscarte personalmente, sin que te des cuenta estará frente a ti y morirás, para evitarlo, o tratar de extender en algo tu vida, no debes permitir que te sorprenda solo.

Esta leyenda era bien conocida por Kevin, un hombre de mediana edad, el cual regresando a casa tuvo un accidente en su auto después de caer por un barranco de mucha altura, el auto dio varias vueltas quedando totalmente destrozado, nadie podría haber sobrevivido, pero Kevin lo hizo, despertando en la cama de un hospital, en un lugar que el no podía reconocer.

La enfermera que lo atendía le explicó todo lo sucedido, y que lo habían traído inconsciente al lugar, también le dijo que se salvó de milagro, pero que antes de poder marcharse, necesitaba una cirugía en una de sus piernas para poder caminar perfectamente.

-Usted prácticamente a regresado de la muerte Señor Kevin, debe dar gracias que esté vivo.

Estas palabras lejos de aliviar a Kevin, lo dejaron perturbado y muy nervioso, el sabía que logró escapar de la muerte, pero que volvería por el.

-Escuche enfermera…yo no debí sobrevivir…por favor no me deje solo, hasta que no me den de alta.

-Pero…no se preocupe señor Kevin, le traeré algo para que se calme, yo estoy cerca de su habitación, cálmese, el doctor que le hará la operación vendrá mañana, hasta entonces descanse un poco, si me necesita, toque el botón.

Kevin se quedó solo en su habitación de hospital, oscura por la penumbra de la noche que entraba por la ventana, las sombras de las ramas de los árboles que eran movidas por el viento silbante de afuera, era el escenario perfecto para una noche de pesadilla, peor para los nervios de Kevin, quien estaba seguro sobre la leyenda de que la muerte regresa a reclamar a su víctima.

Por fin estaba logrando quedarse dormido, cuanto el sonido crujiente de la puerta de su cuarto le espantó el sueño, Kevin giró su cuello con mucho dolor en dirección a la entrada, solo para ver como una pequeña niña asomaba su cuerpecito en dirección hacia el, caminando lentamente, mirándolo muy fijo a los ojos, y obsequiándole una tenue sonrisa.

Kevin entró en pánico temiendo lo peor, se trataba seguro de la muerte que venía a reclamarlo, la niña se acercaba mas y mas sin mencionar palabra, su rostro entre la oscuridad se veía deforme, atemorizante, pero cuando estuvo a punto de alcanzarlo, Kevin tocó el botón, haciendo que los pasos apresurados de la enfermera espantaran a la niña quien se alejo rápidamente desapareciendo en la oscuridad.

-Señor Kevin…que le pasa? necesita algo?…cálmese ya por favor…ya estoy aquí.

La enfermera trataba de calmar a un muy angustiado Kevin, que no dejaba de sacudirse en la cama, pero que tampoco era capaz siquiera de contar lo que había pasado, luego de un rato y con una pastilla, Kevin por fin se quedó dormido hasta la mañana siguiente.

-Buenos días enfermera, le pido disculpas por mi actitud anoche, esta segura que el doctor que me va a operar la pierna viene hoy?…necesito irme lo mas pronto de este lugar, aquí me siento atrapado.

-Si señor Kevin, la operación no es complicada, tal vez pueda irse con muletas al día siguiente, le traeré su desayuno.

Kevin solo pensaba en salir de allí, el sabe que según la leyenda no debe quedarse solo, si lograba llegar a su casa estaría mejor. Mientras estos pensamientos pasaban por su cabeza, la risa de la niña se escucho proveniente de afuera de su cuarto, y nuevamente la puerta comenzó a abrirse, Kevin temblaba en su cama, pero fue un alivio ver que quien entraba era la enfermera con su desayuno.

El resto del día transcurrió sin problemas, con Kevin siempre pendiente de quien entraba en su habitación, al llegar la noche, por fin el doctor estaba por llegar, y el se mostraba ansioso.

-Cuando viene el doctor enfermera?…llámelo, que no demore por favor, no quiero estar aqui solo.

-El doctor debe estar ya en el hospital viniendo hasta aqui, pero cuénteme, a que le tiene tanto miedo?…he notado que siempre esta nervioso, que le sucede?

-Enfermera, usted pensará que estoy loco, pero hay una leyenda en la que si uno escapa de la muerte, la muerte viene por uno, y se presenta disfrazada de cualquier persona para confundirnos y poder acercarse, y en ese momento, si uno esta solo, muere de forma horrible.

-Si creo que he escuchado esa leyenda señor, pero usted cree en esas cosas?

-Debo decirle que la he estado viendo, se acerca a mi todas las noches en forma de una niña que me mira fijamente, y aunque esté oscuro puedo notar que su rostro está desfigurado…me tiene muy nervioso…

Al escuchar esto la enfermera bajo la mirada contrariada, y sonriendo le dijo a Kevin:

-Señor, le pido disculpa, esa niña no es la muerte que viene por usted, es una paciente del hospital, lastimosamente se quemó el rostro en un accidente de cocina por descuido de la madre, ya estamos por darle el alta, sin embargo es difícil mantenerla en su cama, se la pasa caminando y molestando a los otros pacientes…mírela aqui viene, se llama Ana.

Kevin estaba perplejo y apenado al haber pensado tan mal de aquella pobre niña, asi que la dejo entrar, acercarse a el y acariciarla un poco, la niña no hablaba nada, solo sonreía.

-Bueno Kevin, lo dejo con su nueva amiga, el doctor ya ha llegado, voy a salir para que el entre a verlo, yo regreso en un rato.

-Perfecto, por fin llega, Anita, siéntate allá déjame hablar con el doctor.

Anita se alejó un poco mientras el cirujano entraba en silencio, solo diciendo “Buenas noches”, Kevin estaba aliviado, y buscó con la mirada el rostro de Anita para darle una sonrisa el a ella en esta ocasión, pero la sonrisa de Kevin se borró de inmediato al ver como de la carita de la niña brotaban lágrimas de horror, estaba mirando al cirujano totalmente espantada y Kevin se dio cuenta de esto, asi que miro al doctor a los ojos y vio que allí no había nada, mas que cuencas vacías, su corazón palpitaba enfurecido, y su única salvación que era Anita, salió corriendo del cuarto dejándolo totalmente sólo, quien podría culparla?… ella sentía algo malo.

-NOOOO….ANITA…NOO ME DEJES SOLO!

Fue inútil ya estaba sólo, la muerte colocó la mano en el estómago de Kevin, sus gritos se escucharon por todos los rincones del hospital, alertando a la enfermera, quien fue como un relámpago al cuarto, allí encontró a Anita en el suelo, quien había regresado por impulso a la habitación, llorando desconsolada y asustada, y en la cama estaba el cadáver de Kevin, con los ojos blancos, su rostro arrugado como si le hubieran extraído la vida, y de su estómago, brotaban cientos de gusanos enormes comiendo desesperadamente su carne ya podrida.

El doctor?…Desapareció, pero seguro lo verán nuevamente, alguna otra persona, en alguna otra parte, de alguna u otra forma.

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