Historias de Horror

Cuentos de terror del escritor panameño Enrique Ceballos

Un tipo planea robar a dos inofensivos ancianos, pero lo que parece una tarea fácil se vuelve una noche que parece salida de un cuento de terror.

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Anibal, se había perdido en la montana por varios días, esto sucedía muy a menudo con personas que les gustaba acampar o solo aventurarse en esta montana, ya casi no tenia que beber, ni que comer,
o lograba salir a la civilización, estaría perdido….siguió caminando por entre los arboles por horas, hasta que se hacia de noche, y tenia que ver donde dormir para no ser atacado por osos, u otros animales, el no era experto cazador, asi que era poco probable que encontrara comida, salvo agua de algún riachuelo.

Una noche, se dio cuenta de que tenia que arriesgar, y salio a caminar, su suerte cambio, cuando a lo lejos, vio una pequeña casa, Anibal corrió con las pocas fuerzas que le quedaban y logro llegar casi arrastrándose a la casa, donde estando muy débil, logro hacer ruido para que una ancianita que estaba adentro lo escuchara, y saliera en su rescate.

-Jovencito, se encuentra bien?, venga, trate de entrar que mi esposo y yo, lo curaremos y le daremos de comer….

-Muchas gracias señora, he estado perdido por varios días….ustedes son mi salvación….dijo Anibal

Al entrar a la casa, Anibal pudo ver que solo estaban los dos ancianos, ya ambos podrían tener mas de 80 años, pero más que eso, le llamo la atención la cantidad de objetos de valor que tenían, prendas, relojes, dinero, también había cosas que no parecían ser de uso de un par de ancianitos, como ropa de hombre mucho mas joven al igual que de mujer…esto le llamo la atención, y le pareció extraño que unos ancianos tuvieran estas cosas.

Anibal no era un santo, de hecho estaba acostumbrado a aprovechar las situaciones que la vida le daba, y que mejor que un par de ancianos solos en una casa, con tantas cosas que les sobran?
Anibal pensó que lo mejor era recuperarse, y luego con algún objeto amenazar a los ancianos y robarles sus cosas.

-Por favor siéntese aquí a la mesa joven, le voy a servir una sopa muy sabrosa que he hecho….dijo la anciana

Muchas gracias, estoy seguro que esta muy buena…..respondió Anibal…..
El esposo de la ancianita, no pronunciaba palabra, solo miraba a Anibal fijamente, con una mirada muy extraña, como si sintiera curiosidad por el, esto lo ponía algo nervioso, pero decidió tomar un poco de la sopa para recuperar fuerzas, y dormir en el sofá, mientras los ancianos iban a su habitación.

Esa noche mientras ellos dormían, Anibal puso en marcha su idea, tomo un machete que encontró, unas cintas adesivas, y fue a la habitación de los viejos para amenazarlos, y encerrarlos en un pequeño sótano que la casa tenia.
Pero para sorpresa de Anibal, la habitación estaba vacía, no solo no estaban los viejos, sino que parecía que nadie había estado allí en mucho tiempo, eso le pareció muy extraño….donde podrían estar?.
Anibal pensó que era mejor así, porque le seria mas fácil robarles, pero cuando caminaba hacia las joyas, noto que algo sobresalía del plato con sopa que el estaba tomando hace un par de horas, se acerco y vio que en el fondo del plato habían unos dedos humanos…..Anibal se asusto y sintió repulsión..

-Pero que diablos me dieron de comer estos malditos ancianos??……

En ese momento escucho un ruido que venia del sótano y decidió bajar a investigar, tal vez allí estaban los ancianos…

-Se que están aquí, sera mejor que no me den problemas, los voy a atar aquí abajo y me llevare las joyas y el dinero que tienen…….

El sótano estaba oscuro, y antes de que Anibal pudiera ver a los ancianos, tropezó con algo que lo hizo caer de cara al suelo, estaba tan oscuro que no vio donde cayo el machete, en ese momento alguien se paro justo al frente de el, mientras que unos pasos venían bajando la escalera del sótano…los pasos se detuvieron, y la luz del sótano fue encendida.

Anibal pudo ver con que se había tropezado, era el torso sin cabeza ni extremidades de alguna persona, y no solo eso, Anibal sintió como el terror recorría su cuerpo al ver que en ese sótano, las paredes estaban llenas de sangre, había una especie de mesa con cuchillos y varias herramientas especiales para cortar sangre, había cabezas, brazos, piernas, todas una encima de otra formando una montana de partes humanas..

-Malditos ancianos, que acaso están locos……..que diablos son?…son caníbales?….

Anibal todavía estaba tirado en el suelo, pero antes de poder levantarse el anciano detrás de el, le corto las piernas con una sierra de motor, para evitar que escapara, los gritos de Anibal eran fuertes, pero estaba muy alejado de todo para que alguien lo escuchara..

-Oh joven, si tan solo hubiera tomado su sopa y se hubiera ido, estaría a salvo, pero la codicia humana, es lo que nos alimenta, como cree que tenemos todas esas cosas?….son como una carnada…..usted piensa que somos caníbales?..
no lo somos, porque no somos humanos, quiere ver lo que somos?…porque no mira a mi esposo….dijo la anciana.

Anibal casi desmayándose por el dolor de no tener sus piernas, hizo un esfuerzo por mirar atrás..

-Que?….oh no, por Dios…que es usted?…pero en que se convierte?…….decía Anibal con el terror en sus ojos por lo que estaba viendo.

Pero la ancianita, ya con una voz muy diferente le dijo:

-Ese es mi esposo, ahora míreme a mi……..

Anibal solo pudo gritar de horror por lo que veía, mientras aquellos seres le arrancaban sus partes, para poder preparar la siguiente cena.

Al cabo de un tiempo, alguien desesperado por un lugar donde pasar noche y comer algo caliente, llego a la puerta de la casa de la dulce pareja de ancianos.

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