Historias de Horror

Cuentos de terror del escritor panameño Enrique Ceballos

En esta historia de horror, en un pueblo perfecto, hay un día en los niños deben obedecer a sus padres.

 

A un pueblo alejado en el campo, se le conoce como el mejor lugar para vivir, las personas parecen ser mas felices, viven muchos padres con sus hijos y estos resultan ser los más obedientes.

Los padres desde muy temprano salen todos a ver como sus hijos toman el autobus escolar, mientras ellos se van a trabajar, por las tardes los chicos todos muy bien vestidos y educados regresan a sus casas, hacen sus tareas y ayudan a sus pares en todo, realmente es un lugar perfecto.

Roberto tiene 12 años y, tiene una bella familia junto a sus padres, aunque es hijo único, eso no le impide divertirse junto a su grupo de amiguitos de las otras casas, en las tardes luego de las tareas, todos salen a jugar por todo el pueblo, en este lugar hay muchos niños, de hecho, en todas las casas hay niños, asi que la pasan muy bien.

Sin embargo había una fecha en especial, un día al año, en el que todos los padres cambian su semblante, este día en particular, todos están muy serios desde que se despiertan, casi no cruzan palabras, se comportan como si hubieran perdido el deseo de vivir, algo muy extraño, solo los niños actúan como siempre, como si solo ellos no supieran lo que sucede ese día en especial, tanto así que en esa fecha no hay clases y los padres parecen tener otros planes.

– Roberto…

– Dime mamá, necesitas algo?

La madre mira fijamente a su hijo y, con la mayor seriedad en su rostro y una mirada perdida se dirige a el para explicarle lo que debe hacer en el día de hoy.

– Roberto, tu padre y yo nos vamos dentro de una hora, te quedarás solo en casa hasta mañana…

– Pero porque mamá? adonde van?

– No me interrumpas y escucha, no debes abrirle la puerta a nadie que venga a tocarla, a nadie entiendes?…
hoy es el día en que demuestras que nos obedeces.

– Esta bien mamá.

Roberto había quedado nervioso y, un poco extrañado por el raro comportamiento de sus padres que no era el habitual, no mostraban esa felicidad de todos los días.

Los padres salieron y tomaron el auto, mientras, Roberto desde la ventana, observaba como se alejaban, pero llamó su atención que no solo sus padres se fueron, también se iban todos los otros del pueblo, era algo masivo, Roberto corrió, tomó el teléfono y llamó a uno de sus mejores amiguitos, el cual simplemente le dijo que sus padres le dijeron que no abriera la puerta a nadie y que ellos regresaban a la mañana siguiente, justo como le dijeron a Roberto, todo era muy inquietante para los niños, pero debía obedecer y no cuestionar a sus padres.

Las horas pasaban y Roberto se encontraba viendo la televisión mientras caía la noche, entonces alguien tocó dos veces a la puerta de su casa…

– Quién es?

Preguntó Roberto, pero no obtuvo respuesta, mas que eso, la puerta fue golpeada nuevamente, en este punto Roberto se levantó del sofá y casi caminando de puntillas, se acercó a la puerta a ver por la mirilla quien se encontraba afuera, para su sorpresa, una anciana que nunca había visto antes estaba parada en la entrada de su casa, aquella viejita le preguntó:

– Hola muchacho, buenas noches, me dejarías entrar?…estoy cansada, déjame sentarme en tu sala.

Parecía un ancianita muy dulce y Roberto era muy educado, estuvo a punto de abrir la puerta, pero recordó lo que su madre le dijo de no abrir a nadie.}

– No!…lo siento señora, pero no puedo dejarla pasar.

La anciana cambió a un rostro serio, era claro que no le gustó la respuesta del chico, luego de mirarlo fijamente por la mirilla, se retiró del lugar y Roberto regresó al sofá. Nada mas pasó por unas horas mas, Roberto se estaba quedando dormido, cuando nuevamente unos golpes en la puerta lo despertaron, el se asomó algo tímido y, esta vez se trataba de uno de sus mejores amigos llamado José:

– Roberto, ven, salgamos a jugar, nuestros padres no están, podemos jugar hasta tarde…

– Mmmm… no creo José, ya es muy tarde, además tu también debieras estar en tu casa, no hay mas nadie afuera, no viste a una ancianita por la calle?

– No, no he visto a nadie, bueno Roberto, si no quieres salir, déjame entrar y vemos una película juntos te parece?… anda, ábreme la puerta, ábrela.

Esta vez a Roberto le agradó la idea, después de todo, José es uno de sus mejores amigos y asi podrían jugar hasta tarde, pero la desesperación de José por entrar, activó un instinto en Roberto, tal vez una forma de alerta, algo no estaba bien.

– Sabes que José, mejor regresa a tu casa, yo tengo sueño y voy a dormir, no estés solo afuera, mañana te veo en el colegio.

José visiblemente molesto, dio una patada a la puerta de Roberto y, sus ojos levemente cambiaron a un color rojo brillante, pero por fin se fue, Roberto quedó asustado, asi no se comportaba su amigo normalmente, y esos ojos…?

Finalmente Roberto se quedó dormido en el sillón, se olvidó de apagar el televisor cuya pantalla era lo único que alumbraba la casa y, un destello de una película lo despertó esta vez, pero al levantarse para apagarlo, una silueta oscura se encontraba parada justo en la ventana, no podía distinguir quien era, pero definitivamente lo miraba, Roberto dejó caer el remoto del susto, luego se calmó un poco al ver que se trataba de su madre que al parecer había regresado antes:

– Hijo, ábreme la puerta, olvidé la llave!

– Mamá?…pensé que regresabas mañana temprano…

– Sí Roberto, pero no pude resistir estar sin ti, me hizo sentir mal dejarte solito y regresé, pero olvidé las llaves, me abres la puerta por favor?…quiero darte un beso de buenas noches, anda ábreme.

Esta vez el chico no tenía ninguna duda en abrir, el quería estar con su madre, Roberto giró la perilla de la puerta, su madre afuera mostraba una sonrisa mórbida y, sus ojos brillaban, estaba a punto de entrar y abrazar a su hijo, pero Roberto, repentinamente cerró la puerta tan fuerte que su madre se molestó:

– Pero que haces Roberto!… ábreme la puerta, me piensas dejar afuera, eres un malcriado!

Roberto estaba muy asustado, no sabía que hacer, fue entonces cuando le hizo una pregunta a madre y, de paso era la razón por la cual le cerró la puerta:

– Mamá, si en verdad eres tú, donde está papá?… el siempre carga su llave, el puede abrirte y entrar los dos, porque estas aqui tu sola?

La madre de Roberto hizo una pausa y, al no tener una respuesta se enfureció y comenzó a golpear la puerta violentamente gritando: » ABREME, ABREME, MALDITO NIÑO, AABREMEEE!

Roberto salió corriendo y se escondió debajo de su cama temblando de miedo, sea lo que sea que estaba allí, no era su madre, estando debajo de la cama se tapó los oídos para tratar de no escuchar los golpes y gritos, Roberto lloraba y rezaba para que aquella cosa se fuera, hasta que los ruidos cesaron y finalmente se quedó dormido hasta la mañana siguiente.

Esta vez, fue despertado como alas siete de la mañana, pero por el ruido del motor del auto de sus padres que regresaban, Roberto fue rápidamente a recibirlos y los abrazó llorando apenas abrieron la puerta, sus padres eran nuevamente cariñosos y se encontraban felices de verlo también, como si hubieran pensado en no encontrarlo.

– Roberto, que feliz estamos de verte, nos obedeciste, no le abriste la puerta a nadie, ese es nuestro hijo.

– No lo hice mamá…pero que fue lo que paso?…
Quien tocaba a la puerta?

Sus padres no le respondieron esa pregunta, pero justo en frente de su casa y, en algunas otras mas de los alrededores, se escuchaban los gritos de dolor y angustia de muchos de los padres que regresaban a casa, pero no encontraban a sus hijos, algunos de ellos, amigos de Roberto.

– Mamá, porque lloran los padres de José?
le pasó algo?

Su madre, cerrando lentamente la puerta para que Roberto no viera mas la escena que se daba en la casa de enfrente, simplemente le respondió:

– Si hijo, el, y otros mas, abrieron la puerta.

3 Comenarios

3 Records

  1. on 30 octubre, 2017 at 12:39 am
    yolanda escribió:

    muy buen cuento.

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  2. on 6 marzo, 2018 at 6:53 pm
    Etom27 escribió:

    wow este cuento me encanto mucho gracias Eceba por publicar estos cuentos buenísimos me gustaría que en un futuro publicaras algún libro siempre leo tus historias y me gustan muchísimo espero que siempre publiques mas mucha suerte y espero que nunca dejes de llenarnos por esas historias de terror tan buenas. SALUDES…

    Responder
    • on 13 marzo, 2018 at 6:55 pm
      Enrique Ceballos escribió:

      Muchas gracias por leerlos y por tus palabras, espero continues visitando la página, pronto voy a publicar mas historias. Saludos!!

      Responder

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